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La Chaquira

Doña Olga metió la pata

El seguro de autos puede ayudar a salvar una situación de emergencia inesperada.

Luego de ahorrar durante todo el año pasado, doña Olga logró reunir lo necesario para conocer San Agustín, Huila.

Esa linda zona del sur departamento opita tiene un clima templado privilegiado y, mejor aún, una riqueza arqueológica que ha encantado a todos los visitantes.

Además, el municipio cuenta con una generosa oferta hotelera en la que se puede descansar y disfrutar de la gastronomía local e internacional, pues ante el auge turístico de los últimos años, muchos chefs extranjeros se han asentado allá.

De manera que doña Olga hizo la reserva hotelera, separó cupo para las cabalgatas por los sitios históricos, adquirió las entradas para los parques arqueológicos, verificó cuáles peajes tenían habilitado el chip para el pago automático (y cuáles no), y llamó a Amparo, su asesora de seguros.

Amparo le recomendó hacer una revisión previaje del carro, y le ayudó a verificar que tanto el Soat como la póliza todo-riesgo estuvieran al día.

Y arrancó doña Olga. Luego de varias horas de viaje en su flamante crossover y de disfrutar las rectas del Tolima y del Huila, así como los segmentos abovedados de árboles, llegó a su destino.

Al día siguiente, tras un sueño reparador, tomó el desayuno y al terminar le avisaron que la cabalgata salía en unos minutos. Presta se enfundó la corrosca típica y montó el equino asignado.

Partieron los turistas en sus enjalmas, con tan buena suerte de verse acompañada de otras buenas personas, de gustos sencillos y que disfrutaban de la tibia mañana.

Pronto, los guías tomaron camino al monte para visitar las ruinas de los antepasados, no sin antes advertir que el camino se iba angostando a medida que se empinaban las lomas.

Precisamente, en uno de esos pasos, su yegua resbaló, con tan mala suerte que le cayó encima al tobillo de doña Olga.

Muy adolorida logró montar de nuevo y terminar el tour, pero al regresar a la habitación se dio cuenta de que su tobillo estaba muy inflamado, es decir, necesitaba atención médica.

Del hotel la llevaron al hospital. La buena noticia fue que gracias a la EPS recibió pronta atención y no tenía fractura; pero la mala, le tuvieron que inmovilizar la articulación y le ordenaron descanso por una semana… mucho más de lo que tenía planeado estar allá.

Salvada la pata, ahora venía la segunda preocupación: si bien ella podía abordar en Pitalito un vuelo de regreso a Bogotá, ¿qué hacer con el carro?

Llamó a Amparo: le indicó que llamara al número de asistencia de la aseguradora, explicara la situación y que, gracias al clausulado de la póliza todo-riesgo, tenía derecho a que, sin costo adicional, la transportaran al aeropuerto y trasladaran el carro en cama-baja a su ciudad de origen.

Salvada la patria.

Jun 6, 2023 - Foto: JCV

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