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Amparo sufrió un choque simple

Basta con guardar la calma, tener espíritu conciliador y una póliza de seguro todo-riesgo para salir airoso de un siniestro de estas características.

Rumbo a la oficina y en medio de un embotellamiento, esta mañana Amparo iba en su carro por la avenida muy pendiente de las noticias de la radio.

Que la crisis económica, que la guerra en Ucrania, que la devaluación de peso… lo rutinario del día a día.

En cierto momento, el vehículo de adelante se despegó varios metros, permitiéndole a Amparo acelerar un poco, pero justo cuando ganaba velocidad, un vendedor ambulante se atravesó.

Amparo tuvo que frenar intempestivamente, con tan mala suerte de que el que venía atrás no lo logró y la embistió.

Afortunadamente, ella no sufrió ninguna consecuencia. Apagó su vehículo, aplicó el freno de mano, puso luces intermitentes y se apeó.

Al llegar a la parte trasera de su vehículo se encontró con el otro conductor, que al parecer tampoco había sufrido ninguna lesión.

Ambos estaban un poco nerviosos y mientras el vehículo que la chocó no tenía ni un rasguño, el de ella tenía un stop roto y abollada la lata de base.

¿Qué hacer? El otro conductor sugirió llamar a la autoridad de tránsito, pero ella recién acababa de recibir una capacitación sobre la nueva forma de proceder en un choque simple.

Con tono pedagógico, Amparo le dijo:

̶ Tratemos conciliar amistosamente e inmediata.

Pero al no saber el costo del arreglo y del repuesto, preguntó:

̶ ¿Tiene póliza de seguro?

Dado que la respuesta fue afirmativa, propuso:

Entonces llamemos a nuestras aseguradoras para que nos envíen la asistencia y ellos recopilen:

  1. Nuestras identificaciones y las de los vehículos.
  2. Daños en los vehículos.
  3. Posición final de los vehículos.
  4. Identificación del lugar del choque.
  5. Nuestras versiones de las circunstancias del accidente.

Una vez recaudaron la información, movieron los carros a la siguiente calle para no obstruir la circulación vehicular.

Resulta que ahora no se requiere de la presencia de la autoridad de tránsito para mover los vehículos, basta con las evidencias recogidas, le explicó Amparo.

Como ambos vehículos tenían póliza de seguro, llamaron a sus respectivas aseguradoras en busca de apoyo de un equipo de asistencia en el lugar del choque.

Una vez finalizadas las llamadas, Amparo y su nuevo amigo continuaron la marcha sin la espera de los agentes de tránsito y sin provocar trancón.

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